El «neopatatismo», primer ismo del siglo XXI

El arte sacro ha sufrido una renovación apocalíptica estremeciéndose desde el culo hasta las témporas. Y es que el Ecce Homo de Borja, con un año recién cumplido, ha originado un nuevo ismo de incierto valor artístico pero altamente nutritivo

El neopatatismo se ha convertido en una corriente artística de irrisoria fama internacional por deméritos propios. Creada hace TAN SÓLO un año por Cecilia Giménez Zueco, una jubilada española de pueblo, que haciendo honor a su nombre metió el zueco al restaurar con toda su buena voluntad y dotes artísticas a nivel primate un ecce homo del montón. Esta obra menor -de la que se cuentan a decenas por iglesias de toda Europa- no tenía excesivo valor artístico pero era un Jesucristo guapo, aunque blanco y desconchado. Tras la restauración amateur de buena voluntad de la parroquiana, el tal Cristo ha dado lugar a un movimiento vanguardista de «contraarte pop» mundialmente conocido como Neopatatismo, primer ismo del siglo XXI.

Esta corriente única en la historia del arte que se caracteriza por:

1. Feísmo irreversible

Un ecce homo es un Cristo azotado y coronado de espinas, presentado a la chusma atado a una columna antes de la crucifixión. De este hecho deviene su nombre latino que significa «aquí está el hombre». Normalmente este tipo de imagen se representa con una trágica y agónica belleza causada por la premonición de una muerte segura y el suplicio sufrido. El de Borja ha sido sometido a un suplicio mayor pues ha perdido toda su belleza original convirtiéndose en un tío lejano de Paquirrín con la misma expresividad que el eslabón perdido y hallado en el espacio.

Dios mío!! Hasta Paquirrín es más expresivo…

Materia de estudios alternativos y de vídeos jocoso-experimentales, es sobre todo a través de la técnica de photo-shopping que se ha elevado su feísmo original a límites insospechados de monstruosidad tomando para ello a personajes famosos, modelos reales de neopatatismo nacional.

Heces woman Esteban in Borja’s style

Ezza Duquesa, Ezza Duquesa de Borja… Monstruaaa

2. Patatismo artístico: Neopatatismo

El movimiento filosófico y social famoso a partir del siglo XIX en Rusia y conocido como patatismo, se caracteriza por considerar a la patata como fuente de iluminación espiritual, eléctrica y calórica y está muy arraigado en el acerbo cultural europeo desde el descubrimiento de América. El patatismo subyace silenciosamente en la conciencia colectiva de pueblos como el de Borja, que inconscientemente y a través de la mano temblorosa de Cecilia y la mala iluminación de la iglesia Nuestra Señora de la Misericordia dieron lugar a este adefesio de fama mundial, capaz de materializarse en cualquier tipo de patata.

¡Chip, chip, Borjaaa!

3. Borronismo o sfumato al estropajo

La maravillosa técnica del sfumato llegó con Leonardo a su cénit, y con el cristo de Borja a su ocaso. Cecilia no sólo es experta en pintura a la esponja jabonosa, sino que es una iconoclasta inconfesa capaz de dejar un Jesusito de mi vida como un borrón carnoso aplicándole magistralmente la vanguardista técnica del estropajo de alambre y el trapo de cocina. Así de fresco estaba antes de la antiestética operación que atrae tanto a creyentes como a paganos pero pagando.

Señora, ¿qué he hecho yo para merecer esto?

4. Manierismo patatónico

La versatilidad de adaptación del Cristo de Borja es formidable y prácticamente única, ya que ha sido objeto de múltiples versiones de obras maestras del arte universal, ejecutadas por autores anónimos que se inspiran en el ecce homo borjiano como los manieristas italianos del siglo XVI se inspiraban en Miguel Ángel, Rafael o Leonardo dándoles su propio aire. Entre las más renombradas, se encuentran La creación de Adán Potato

Patata eres y en patata te convertirás, Adán

La Borja Lisa o La Gioco Ono de Borja

Imagine all the people living life in Borjaaaa

La Última cena en Borja

Un borja, dos borjas, tres borjas…

5. Capacidad ilimitada para el marchandising

Camisetas, pósteres, pasteles, tazas, mochilas e incluso su propio vino. Todos ellos productos elaborados con un 50% de cariño hacia la autora y otro 50% de choteo patrio hacia el producto final, causa de chanzas y chacinas de todas las materias primas. Sea como fuere la cuestión es hacer negocio y tanto Cecilia como Borja se están haciendo de oro con este fortuito despropósito artístico, hazmerreír de todo el planeta y fenómeno mediático sin precedentes para nuestra esperpéntica «marca España».

¡¡Vivaaa!!